Son las 9:31 pm, lo sé porque siempre él viene a esta
hora para abrir la jaula donde he sido privado de mi libertad sin haber
cometido algún crimen ni pecado alguno, la causa de mi sentencia y exilio en
este lugar fue: un accidente durante la guerra y el verdugo: mi padre.
Fui recuperado del campo de batalla por los centinelas
del laboratorio de mi padre, luego de resultar herido por una bala de cañón
durante la defensa de la última guarnición de la resistencia contra aquel
imperio que extermino toda la vida en nuestra isla, carpinteros, sacerdotes,
hombres de guerra, mujeres, niños, todos aquellos que alguna vez me saludaron y
compartimos el mismo lugar, la mayoría han muerto y los que aún no lo han
logrado están luchando por mantener viva su chispa mientras se terminan de
despedir de los que ya partieron.
Nuestros exterminadores vinieron buscando algo en
particular, una forma de devolver vida a los muertos, una poción de vida o de
muerte, ellos trajeron consigo la peste, muerte destrucción y no tenían
prisioneros… todos los que fueron mis amigos fueron ofrecidos a los dioses de
antaño, nos negamos y rebelamos de sus costumbres paganas y como respuesta todo
el pueblo ha muerto en defensa de la última guarnición… si sobrevivo a la
batalla de esta noche, volveré a relatarles lo que ha pasado conmigo… desearía
poder volver a escribirles para contarles como termino todo.
Fui cargado por 2 centinelas hacia la parte subterránea
del castillo, el portón y la entrada principal ahora solo son escombros y
recuerdos de lo que alguna vez fueron, también soy consciente que yo también
soy un recuerdo vivo de lo que alguna vez fui… estoy tan herido y débil que no
creo pertenecer por mucho tiempo a lo que queda de mi tierra. Mientras soy
llevado al castillo, todo da vueltas y la luna también me abandona a medida que
se cierran mis ojos… creo que moriré.
Ha pasado 1 semana desde que fui rescatado por los
centinelas, aunque la verdad hubiera preferido que me hubieran dejado morir en
lugar de estar en este horrible lugar, ya no soy capaz de distinguir entre día
y noche, el cuarto donde estoy es totalmente oscuro y solamente salgo de el a
las 9:31 todos los días, odio esa hora, es lo único que le quita lo monótono al
día pero pago ese cambio de lugar por un dolor insoportable causado
irónicamente por el hombre que tiempo atrás me dio la vida, luego de la trágica
muerte de mi madre, él enloqueció y trato de usar toda su medicina, ciencia y
alquimia para lograr traerla a la vida… lo logro, pero la mujer que volvió no
era la misma mujer que lo había abandonado para partir hacia las sombras, era
una sombra que escapo de las tinieblas.
La noche en que
ella murió, estaba tan cansada de existir pero no de sentirse viva, la agobiaba
el vacío, en su oscuridad, se aleja un poco y ve lo que podría ser la salida a
su sufrimiento: una lámpara de aceite, ella entra en un trance mientras pone
una lámpara de aceite sobre su cabeza… Aplasta y rompe la
lámpara y el embrujo a terminado, todo arde si le aplicas la chispa adecuada.
Ella ya no se parece más a lo que solía ser, ahora ella
es una luz, es fuego, está en llamas… Ha pagado por su libertad, corre
desconsolada por el castillo, con las manos abiertas como si esperara que
alguien la detuviera y calmara su dolor, pero sabe que nadie lo hará, por eso
corre con todas sus fuerzas, está más viva que nunca aunque sabe que todo se
acabará en unos cuantos segundos… Con sus manos hace arder el catillo y con
ello a todos aquellos que la conocimos.
Y finalmente su luz se apaga cuando cae por un balcón del castillo y empieza a apagarse todo lo que fue a medida que su cuerpo es carbonizado y la chispa agoniza… Todo ha cambiado, hoy es un nuevo día para ella. Ella ya no está y jamás volverá.
Y finalmente su luz se apaga cuando cae por un balcón del castillo y empieza a apagarse todo lo que fue a medida que su cuerpo es carbonizado y la chispa agoniza… Todo ha cambiado, hoy es un nuevo día para ella. Ella ya no está y jamás volverá.
Recuerdo la decisión de mi madre, yo también estoy
pensando hacer lo mismo a la primera
oportunidad. Estoy tan agotado de mi monótona vida que a este tiempo prefiero
cambiar mi luz eterna y vitalidad por desesperación y oscuridad, para conseguir
lo que siempre he detestado hacer. Destruir todo lo que he construido y volver
a empezar de nuevo desde la ausencia de mí.
Solamente necesito en algún una señal proveniente de cualquier forma inclusive una figura sin sentido tallada en una piedra o tal vez una aroma de primavera que me recuerda la vida que estoy tratando de olvidar. Pero se que no encontraré algo como una señal en el castillo, aquí solo hay muerte y la alquimia y ciencia de mi padre, el cree que podrá salvarme remplazando partes de mi cuerpo por metal, pero no lo logrará o no del todo, salvará mi cuerpo pero sacrificará mi alma y mi humanidad… Aunque ya he dejado de ser humano.
Cae el sol, o eso creo el castillo se ha puesto frio, más bien oscuro y silencioso, el castillo sabe que algo pasará y es un cómplice más en esta historia, ya lo hemos pactado…Cuando se abra la puerta correré y el castillo me permitirá avanzar sin el menor contratiempo, ya es un hecho.. Hoy partiré a las sombras.
Mi prisión empieza a temblar suavemente, es la señal pactada por el castillo, en cualquier momento vendrá él para la rutina de todos los días, abrirá la puerta, le golpearé, pediré perdón y correré, el resto es del castillo… solo debo permanecer unos cuantos años como otra sombra en el castillo, ese fue su precio convenido.
El temblor ha cesado, cierro los ojos escucho el sonido de la puerta, me preparo…¡Silencio! Algo ha cambiado, han vuelto a cerrar la puerta y escucho un leve llanto de un hombre ¿Qué habrá pasado?... Desilusión, ya no podré ser libre, me siento tan cansado, la boca me sabe muy amargo, la temperatura del lugar sube, el castillo está molesto, todo se mueve…Empiezo a alucinar, parpadeo muy lentamente, caigo en un trance… Me pierdo en las sombras.
Despierto desorientado, todo está oscuro, el lugar se pone de nuevo frio… escucho a lo lejos a un hombre que grita con mucha euforia y con un tono un poco siniestro “Ya pueden traerlo”, me alisto para correr, se abre la puerta… Me ciega la luz de las antorchas, caigo desorientado… empiezo a perder la conciencia, todo se vuelve muy lento, los centinelas me levantan, mis parpados se empiezan a cerrar, la boca me sabe amargo mientras a lo lejos un hombre con una voz muy gruesa grita llorando “Ya encontré la forma de devolverle lo que fue su vida”… Tengo miedo, mis piernas ya no son mis piernas, ya no las siento, ya no me pertenecen, todo el cuerpo me pesa, todo se ve oscuro… Veo el campo de batalla, se acerca la bala de cañón.
Alejandro Nieto Octubre 2012
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