sábado, 20 de abril de 2013

The Eight Aster





Algunas palabras están totalmente relacionadas con el trabajo literario de H.P. Lovecraft, y se usan en este texto como forma de ubicar este cuento en el contexto de otros escritos relacionados con los personajes que han sido de su creación, con el único fin de participar en una convocatoria de cuentos sobre el autor y además como homenaje a su narrativa tan diversa.



The Eight Aster ( actualización 08/09/2013 1:07 a.m.

— ¿Has encontrado algo interesante Jorge? —dijo Charles mientras susurraba ya casi van a echarnos de la zona de objetos perdidos del hospital.

—Espera Charles, aguanta un minuto —dijo Jorge.

—Estoy algo cansado y un poco nervioso —dijo él—. De seguro ya se habrán dado cuenta que no perdimos nada realmente.

—Mira lo que acabo de encontrar, una vieja agenda ¿De quién podrá ser?

—Ya revisaste —pregunto Charles. A lo mejor, podría tener algo interesante en ella, ¿No lo crees?

—Leeré la hoja que está suelta —dijo Jorge. Aunque por el aspecto de esa hoja, dudo que tenga algo valioso en ella.

—Vamos Jorge, no seas absurdo… Dale una oportunidad — A lo mejor te termina gustando ¿No lo crees?

—Está bien Charles— dijo Jorge. Pon mucha atención porque no lo voy a repetir:

“Mi nombre es Fausto, y tengo la completa certeza de que está noche vendrán por mí hasta este inmundo lugar, sabía en el fondo de mis pensamientos que escapar de esa forma de  aquella ciudad y de aquel lugar solo sería un ligero contratiempo para ellos. Pero que al final me lograrían encontrar, siempre lo han hecho a través de los siglos con todos aquellos que han descubierto su secreto.

Escribo con la poca cordura que aún me queda desde la habitación 85P, ubicada en el último piso del hospital psiquiátrico Eight Aster. Deseo dejar consignada en esta agenda la situación y los acontecimientos que me obligaron a dejar mi ciudad natal, a huir de mi vida como un investigador privado…Antes de escribir la narración de sucesos que me llevaron a este remoto lugar, quisiera decir como argumento en mi defensa que no estoy loco ni desquiciado, ni nada de esas cosas por el estilo, simplemente… Y digo simplemente porque todo fue una maraña de casualidades, que desencadenaron las infinitas calamidades que me llevaron a esta situación.

Estimado lector, quiero, o más bien deseo, la mejor de las suertes para usted, y le pido encarecidamente que no tome cada una de mis palabras como si fuera una simple broma de mal gusto de un loco, tenga en cuenta que lo que usted leerá fue mi sufrimiento, mi suplicio, mi paranoia. Por eso le pido, que no se salte de página, quiero que sienta las cosas como yo las sentí, que se ponga en mi lugar, pero sin estar en el… No le desearía eso a nadie conocido, ni mucho menos a usted… que ahora seremos muy cercanos, usted leyendo cada letra que yo escribí, y yo en cambio…


Todo empezó el día que acepte seguir en cubierto a ese maldito hombre, y digo maldito con el sentido adecuado de la palabra, no una simple expresión de rabia e inconformidad. Si hubiera sabido lo que me habría de encontrar, no habría aceptado el trabajo, pero usted ya sabe… La codicia lo es todo en el hombre.

Desde el momento en el que me hicieron la solicitud del trabajo, hasta el momento en que acepte, tuve mucha desconfianza del hombre al que debía rendirle cuentas, él era un hombre joven, de aproximadamente 34 años diría yo, de ojos café oscuros y pelo castaño, con una barba abundante y mirada penetrante, desde el primer momento que lo ví, sentí un malestar, algo como un sentimiento de náusea, de desagrado profundo frente a ese hombre, había algo en el que no me daba confianza.

Siempre he sido un hombre que se deja guiar por sus instintos, pero esa vez, solamente esa vez… Ellos sucumbieron ante una valija llena de billetes grandes, lo único que me solicitaban era rastrear a un hombre, que le debía algo a su empresa, y ellos lo querían recuperar a cualquier precio.

Lo que sucedió mi amigo, se trata de algo más profundo y complicado de lo que usted pueda entender, pero usted se irá enterando en medida de que continúe leyendo lo último que queda de mí, espero que usted llegue a sus propias conclusiones, y si alguna vez llega a estar o experimentar una situación similar, le deseo la mejor de las suertes, realmente la necesitará para no terminar como yo.


— ¿Qué tal te pareció Jorge?  —dijo Charles. Te dije que le dieras una oportunidad, mejor vámonos de aquí rápido… Y lleva ese libro contigo, a lo mejor hay más cosas interesantes en el.

—Aunque espera  —dijo Jorge. Te diré que no me gusta para nada esa idea de llevarnos el libro con nosotros, mientras saltaba de letra en letra pude sentir un poco de la desesperación que ese pobre infeliz ha de haber sufrido mientras escribía las que fueron sus últimas palabras.

— ¿Y cómo sabes que eran sus últimas palabras?  — Dijo Charles, mientras su sonrisa pícara se desvanecía y era remplazada por una expresión de angustia.

— No estoy tan seguro de ello —Dijo Jorge, pero las últimas líneas lucen como si hubieran sido escritas de forma abrupta, además mira la marca que hay sobre el reguero de tinta que esta al final de la hoja, parece una mano solamente digo.

—Ya casi serán las 6 de la tarde, y tendremos que irnos de este lugar —Protesto Jorge, mientras por un deseo insensato e irracional, pese a haber dicho que no le agradaba para nada  la idea de conservar con ellos la libreta, la puso adentro de uno de los libros que cargaba, así podría salir con la libreta entre sus pertenencias, mientras Charles estaba distraído mirando un cuadro en el fondo del salón.

Al momento de llegar al sitio donde se estaban hospedando “The Gold Arrow”, Charles le pidió a Jorge que le prestara un libro por un momento, mientras era la hora de la cena en el hotel, él abrió su maleta y le alcanzo el libro, sin recordar que en el interior de este estaba depositada con suma cautela la libreta de Fausto, Charles al abrir y encontrarse la libreta, se tornó pálido y le pregunto a su amigo, el motivo por el cual la libreta estaba con ellos.

—Sentí una necesidad de saber que paso con Fausto, vos me conoces soy adicto a las narraciones —Dijo Jorge, mientras abría la libreta en el punto donde la dejaron, y preparaba sus dedos para pasar de página, y continuar leyendo la historia.

Jorge miro a charles y le sonrió pícaramente, mientras le decía que escuchara con atención las palabras de Fausto.

Tras haber aceptado formalmente realizar la investigación el último día del mes de abril, recuerdo haber experimentado un sentimiento de desesperación y náusea mientras terminaba de alistar la maleta y cuadraba el itinerario para el viaje con el mapa que me dio el hombre al que desde aquella mañana debería rendirle cuentas.

Mientras preparaba las paradas y el lugar para mi estadía en el mapa, recuerdo haberme sentido extremadamente cansado después de haber experimentado lo que escribí previamente, por ese motivo me recosté un breve momento sobre la cama mientras observaba el mapa, tratando de memorizar algunos puntos clave de aquella parte de la ciudad en la que nunca había estado, para así lograr camuflarme entre la gente cuando estuviera en ella, logrando así mi presencia menos sospechosa.

A medida que pasaba de cuadrante a cuadrante del mapa del sector, creo haber empezado  a quedarme dormido, eso en otra situación solo hubiera retrasado mi partida, pero paso algo más en ese pequeño lapso de tiempo, podría asegurar con cierta certeza que lo que escribiré fue totalmente real, aunque luego de eso desperté al borde de la puerta, como si hubiera tratado de escapar de algo de la habitación, o correr de horror por lo que ví y experimente.

Cuando fije mi atención en particular en una referencia del mapa, con el nombre de  fuente del recuerdo de r´lyeh, cerré los ojos un momento para tratar de imaginar el lugar, es un ejercicio que siempre funciona por si la situación se complica y toca escapar con rapidez, usted lo sabe… En este negocio hasta las paredes escuchan.

Al instante de cerrar los ojos, apareció ante mí una alucinación difusa, pude ver como vestían a un grupo de 5 hombres con trajes antiguos muy largos y extraños, alcancé a ver que tenían un bordado  particular, en un material de color claro, que por el contraste de colores permitía ver como se formaban figuras poco agraciadas sobre aquel atuendo, la forma del bordado me recordó instantáneamente a los tentáculos de un pulpo, y estoy seguro de haber sentido algo baboso y nauseabundo que se deslizaba sobre el piso, y se movía cada vez más y más, mientras trataba de descifrar que otras figuras habían allí, hasta que sucedió lo más impactante de esta visión, el grupo selecto de hombres, entraron a un cuarto oscuro. Donde otro sujeto, juzgando por su apariencia y su porte, probablemente un sacerdote de un culto extraño, sacaba de su vestuario una pequeña bolsita negra, que estaba cerrada en su parte de arriba por un cordón rojizo, y amarrado entre sí por una pequeña bola de color verde, que pareciese que tuviese un ojo en su interior.

Cuando termino de desatar la bolsa, saco de ella algo similar a un encendedor, y lo utilizo para prender fuego al piso de la habitación, el piso dejo de sentirse baboso y resbaladizo y se tornó seco, pero el suelo donde estaban apoyados los hombres, cambio de color y se levantó un poco… Ahora tenía un tono violeta que formaba ondas en su superficie, mientras producía un ruido bastante extraño, algo similar a la interferencia de radio, pero mucho más aguda e impactante.

El sacerdote volvió a usar el mismo objeto en otros cuatro puntos de la habitación, y cuando termino con el ultimo se forma una especie de triangulo violeta que atrapaba a los sujetos, luego se empezó a mecer lentamente esa prisión violeta y a girar, con cada giro que daba… En su interior se podía ver como el grupo de hombres sufrían intensamente, mientras gritaban con todas sus fuerzas tratando de ser escuchados por alguien y advertir sobre lo que sucedía allí en ese lugar, pasaba segundo a segundo, minuto a minuto y la pesadilla se mantenía, al cabo de un rato el triángulo empezó a volverse más claro y se abrió en su parte de abajo, y de allí cayeron el grupo de hombres, con facies demacradas, mirada perdida, gritando, tiritando de pánico luego de haber vivido quien sabe que terrible experiencia en esa cosa, de algo estoy seguro… Los mismos hombres que entraron, no fueron los que salieron, los que cayeron a ese lugar ya no existen, han perdido su alma, están malditos.

En la visión, estaba fuera del cuarto donde sucedió eso, pero en ese instante, el que podría decirse “más cuerdo” de esos hombres malditos, me miró fijamente y dijo en un tono gutural:

-Aléjate, a menos que desees nuestra misma suerte, termino de decir esta frase y sucumbió a la locura, se empezó a retorcer en el suelo y a susurrar en modo de adoración en compañía con los otros hombres y el sacerdote algo parecido a la siguiente frase: “ Ph'nglui mglw'nafh Cthulhu R'lyeh wgah'nagl fhtagn”

Desperté en ese momento, y tenía el dedo sobre  una parte del mapa…el “Hotel Craft”, el sitio donde había estado pensando en que podía alojarme durante  la investigación.

Fausto 30/04/83

—Así terminan las primeras páginas—dijo Jorge, mientras veía con cierto grado de satisfacción la mirada perdida y aterrada de charles, quien hasta antes de leer ese fragmento del libro, estaba seguro de que su contenido era una narración de suspenso pesada, pero ahora no estaba del todo seguro sobre la “ realidad” de estás palabras.

Charles luego de recobrar un poco el aliento, gira su cabeza un poco hacia la derecha en orientación a la sala Este, para observar un viejo reloj de pared que yace sobre un pequeño muro que sobresale del resto del lugar, le llama la atención el particular movimiento que tiene el péndulo, siempre en el mismo eje, no puede escapar de ese ángulo, Charles piensa en lo absurdo de la situación… Está el péndulo atrapado en el “tiempo”, mientras su cara se torna un poco sonriente debido a la situación, y luego mira la hora, son las 7:00 p.m.

Se escucha el sonido de una campana, esto indica que el restaurante de la sala Este del hotel the gold arrow ya está en funcionamiento y esperando a sus huéspedes, Jorge le dice a Charles que deberían ir rápido mientras la comida está caliente, Jorge abandona la habitación donde el principal protagonista es el viejo reloj de pared, mientras charles… pierde la atención por el péndulo y decide irse, pero justo antes de dar el último paso para salir de ese lugar del ala este del hotel, voltea un momento para echarle un vistazo por última vez al reloj para cerciorarse de la hora exacta, y se da cuenta del grabado particular que tenía este objeto, detalla en su grabado unas formas similares a  ramas sobre la madera, le causan cierto malestar tocarlas, pero piensa que es un efecto del hambre que tiene en ese momento, por eso decide ponerle un poco de imaginación y abstracción al extraño marco del reloj, detalla que lo que inicialmente consideraba como ramas, realmente no son ramas, son tentáculos.

En ese instante recuerda la libreta de Fausto y experimenta un profundo desagrado por el marco del reloj, le da una especie de náusea y se siente observado, desvía su atención por un ligero momento del marco y  detalla un reflejo en el péndulo, voltea lentamente su cabeza para así contribuir con parte del suspenso de la situación, ya casi está en la posición adecuada para poder observar el origen de la silueta que lo pone nervioso… Continúa girando la cabeza.

Y de repente todo sucede, la silueta se rebela, es un hombre ya mayor, de aproximadamente unos 65 años, con mirada penetrante y fija, que posa sus grandes y profundos ojos oscuros sobre la mirada de charles… él se siente descubierto, siente que el hombre ha percibido lo que siente él sobre el reloj, sobre la libreta, sobre fausto…  

El anciano empieza a sonreír cada vez más  y más mientras continua acercándose al sitio donde está parado charles y lo mira fijamente, charles está en pánico, es incapaz de pensar con claridad en este momento, por un lado piensa… es solamente un anciano, puede que me haya confundido con alguno de sus nietos perdidos, pero también está la posibilidad que el anciano tenga que decirle algo… él está a la expectativa.

Continúan los pasos del hombre hacia su dirección, pero sucede algo que lo alivia por un instante, el sujeto ha dejado de mirarlo fijamente, su atención se centra ahora en el extraño grabado del reloj, y Charles se da cuenta de ello, está listo para escapar cuando se presente la menor oportunidad, el anciano esta frente al reloj y mira con desprecio el marco, voltea a mirar a Charles directamente a los ojos  y evita su huida… Empieza a abrir lentamente la boca como si fuera a hablar.

— Yo conocí al hombre que puso ese reloj allí —Dijo el anciano. Fue aproximadamente en el 83 después de las cosas extrañas y catastróficas que sucedieron en cercanías del pueblo, el hombre que dono este objeto al hotel nunca dijo su nombre, solamente dijo que nos traería protección a los trabajadores del hotel, pero la verdad nunca lo creí así, empezaron a suceder cosas poco peculiares en el hotel desde la llegada de ese maldito objeto.

Una semana después de lo que usted probablemente llamaría “regalo”, empezaron a llegar personas de distintos lugares, todos con acentos muy extraños y facies bastante particulares, al inicio pensamos que nos había traído buena suerte… Gran desgracia fue lo único que nos trajo diría yo. Tal vez te preguntes muchacho, el motivo por el cual te estaba observando fijamente y luego me acerque a hablarte… La verdad es que pude ver en su mirada, la misma mirada de repugnancia que hice y aún hago desde la primera vez que vi ese reloj allí, recuerdo muy bien ese día, eran más o menos las 3 de la mañana cuando apareció un hombre que tenía los ojos cafés muy oscuros, parecían 2 cavidades vacías, tenía el cabello castaño y una barba bastante abundante, recuerdo que me miró fijamente y sentí un miedo tan grande, que en ese mismo instante renuncie a mi puesto en el hotel.

Charles le pidió al anciano, que continuaran su conversación después de la cena, ya que Jorge lo estaba esperando desde hace rato, el anciano acepto, y le dio en un pequeño trozo de papel la dirección de su casa en el pueblo… El anciano no estaba hospedado en el hotel, pensó para él mismo, algo debe estar planeando.

Camino durante 2 minutos por el largo pasillo que conducía desde el lobby del sala Este, hasta el restaurante de la sala, donde Jorge lo estaba esperando desde hace un buen rato y ya tenía un ligero resentimiento por la falta de puntualidad de su amigo, Jorge se preparaba para pedir una explicación por la ausencia tan prolongada pero fue interrumpida por las palabras de Charles.

— A que no adivinas que me acaba de suceder haya en el lobby de la sala Este —Dijo Charles, con un tono un poco exaltado.

—No tengo ni la menor idea—dijo Jorge. Pero te digo algo que se… Tengo un mal presentimiento sobre este lugar, mira a tu alrededor disimuladamente, notas algo extraño en todas las personas que están aquí, dime que lo notas.

— Respecto a eso te quería hablar —Dijo Charles. Hace un rato en el lobby de la sala Este, conocí a  un anciano, un poco perturbador, que me conto una historia sobre este lugar, le pedí que continuáramos la conversación luego de la cena, y me dio una dirección,  te diré que ese anciano me genera desconfianza, pero parece saber bastante sobre este lugar, y quizás sobre Fausto…

— Entonces me estás proponiendo que vayamos a… —Dijo Jorge.

— Eso mismo, quiero llegar al fondo de todo este asunto —Dijo Charles, mientras levantaba su vaso con vino rojo, y se disponía a beberlo.

Se levanta de la silla Jorge, y se aleja 4 pasos de la mesa, luego lo hace Charles y se preparan para salir del restaurante del Ala Este, cuando ya están por entrar por el pasillo que los conducirá al lobby donde está el reloj sucede lo inesperado, se apagan las luces del lugar… Por un instante ellos piensan que este apagón puede ser cualquier casualidad, incluso una caída de electricidad momentánea que pronto se resolverá.

Por esto Jorge, enciende  su linterna de bolsillo y trata de encontrar la salida del restaurante del Ala Este, pero no lo logra… Y piensa por un momento en lo absurdo: Alguien ha cambiado la disposición del lugar, de eso está seguro

Continúa caminando alrededor del cuarto, hasta que finalmente encuentran la puerta que él piensa lo llevará al lobby donde está el reloj en el Ala Este, toca el perillo y lo empieza a girar convencido de que finalmente saldrá de ese cuarto totalmente oscuro, y da un pequeño suspiro de alivio mientras termina de girar el perillo y  sucede lo esperado… se escucha un clack y se abre la puerta.

Camina cerca de un minuto por el pasillo, y se da cuenta que el lobby tiene las luces apagadas, ahora está seguro que el apagón de luz no fue solamente en el restaurante, sino en todo el Gold Arrow… Da un suspiro de nuevo y se siente ahora más tranquilo.

— ¿Cuánto tiempo ha pasado desde que se fue la luz? —Pregunto Charles, mientras cerraba los parpados debido a la luz intensa sobre su rostro.

— No lo sé, ¿Por qué no miras el reloj y salimos de la duda? — Dijo Jorge, mientras trataba de no parecer alterado para no asustar a su amigo con lo que acababa de descubrir.

    Está bien — Dijo Charles, mientras tomaba la linterna con su mano derecha y buscaba alrededor del cuarto el reloj.
Camino alrededor de 3 minutos por todo el lugar y no encontró rastro alguno del relog de pared que tanto lo perturbo antes de la cena, se empezó a poner frio  y empezó a tiritar, mientras le decía a Jorge:

—El reloj no está donde debería estar, ¿Qué está sucediendo?

 Ambos se encuentran un poco nerviosos por la situación, y deciden regresar por el pasillo para ver si cometieron error alguno en el camino al lobby antes de entrar en pánico, y ven a lo lejos la que parece ser la puerta del pasillo, se acercan y Jorge la empieza a girar lentamente, deseando profundamente llegar al Ala Este.

Luego de abrir la puerta y empezar a caminar, miran a ambos lados del pasillo y observan algo que no habían tenido en cuenta, hay muchos cuadros en el pasillo, cada uno tiene una pequeña inscripción, y un dibujo.

Jorge al ser un hombre curioso, no puede evitar leer el cuadro que tiene a su izquierda exactamente, y se detiene y dirige la linterna sobre este. La luz de la linterna revela este texto:

“Se rumora que en las noches, donde la luna es dejada en el olvido por la tormenta, la fuente del recuerdo de R´lyeh abre sus aguas a cambio de un pequeño sacrificio en su nombre, acompañado de un poema maldito de antaño”
Traducción realizada por:
-Erev Ady
—Mira Charles— En el cuadro hay una especie de dibujo del lugar, parece una fuente antigua.

— ¿El poema de antaño está escrito en algún lado Jorge? — Pregunta Charles  dominado por la intriga del momento.

—Déjame revisar bien — Creo que hay algo escrito en el marco del cuadro.

—Está bien, pero apúrate… Quiero descansar de una vez.

—Vale Charles calma— Dice Jorge.

… Se escucha un ruido muy fuerte del lado del pasillo del que venían y por alguna extraña coincidencia el cuadro que acaban de leer se cae al piso, rompiéndose y dejando descubierto su interior, en el cual se puede ver un pequeño pedazo de hoja arrugada que Jorge recoge y lo guarda en su bolsillo derecho sin pensarlo 2 veces.

—Sigamos caminando, ese ruido fue muy perturbarte — Dijo Charles, mientras perdía la protección momentánea al miedo que había sido el sentimiento de intriga.

—Tienes toda la razón— Afirma Jorge, mientras empieza a caminar más rápido y sin hacer ruido alguno. Ya han llegado al final del pasillo y se encuentran de nuevo en el restaurante o eso es lo que creen ambos… Escuchan como el ruido extraño que escucharon hace un rato se convierte a medida que se acerca en muchos pasos, como si un grupo pequeño de personas los estuviera siguiendo.

Ambos sienten un profundo pánico y deciden utilizar la oscuridad a su favor, por eso se esconden debajo de la primera mesa que encuentran y finalmente apagan la linterna.

Ahora el lugar está en silencio absoluto… Jorge y Charles no saben lo que pasará cuando los pasos vuelvan a escucharse aproximarse y entrar al lugar donde se encuentran.

Sus pupilas se están acostumbrando lentamente a la oscuridad... Y ambos miran el rostro de pánico de su amigo cuando finalmente se escuchan los pasos entrando al lugar acompañados de una luz tenue producida por unas antorchas.

El miedo se apodera de ellos mientras del otro lado del lugar se empiezan a escuchar unos golpes de tambores y pueden ver a través de 2 pequeños rotos que hicieron  en el mantel como un grupo de 5 personas empieza a danzar al son de los tambores, acompañados por la luz tenue de las antorchas.

En ese momento no hay nada que hacer, toca esperar que acabe lo que ellos consideran un ritual antes de siquiera pensar en escapar del lugar. Jorge recuerda la hoja que encontró en el interior del cuadro, y a pesar de la sensación de náusea que sintió al ver el sello que estaba grabado en la parte posterior de esta, decidió abrirla y leerla… Para su sorpresa era la misma información del cuadro, o casi toda excepto por la última parte. En medio de la confusión, él lee susurrando lo que está escrito en el papel.

“Se rumora que en las noches, donde la luna es dejada en el olvido por la tormenta, la fuente del recuerdo de R´lyeh abre sus aguas a cambio de un pequeño sacrificio en su nombre, acompañado de un poema de antaño:

Ph'nglui mglw'nafh Cthulhu R'lyeh wgah'nagl fhtagn. ”

Cuando termino de recitar el poema susurrando, los tambores se detuvieron y los hombres que estaban danzando se tiraron al piso, se retorcieron y simularon con sus brazos y piernas, el movimiento de un pulpo gigante entre todos. Esta última parte fue lo que más le causó malestar a los 2 jóvenes hasta un punto que Jorge llego a arrugar el papel y lo guardo nuevamente en su bolsillo… Cuando lo guardo, los tambores siguieron sonando, solo que esta vez con mayor frecuencia, se levantaron los hombres que bailaban y rodearon la mesa donde se escondían Jorge y Charles mientras seguían bailando al son de los tambores.

… Se sintieron descubiertos, hasta que  los  tambores se detuvieron y se prendieron levemente las luces del techo, luego se escucharon más pasos acercándose a la mesa y finalmente se detuvieron, paso un instante que para ellos se hizo eterno, y se escucharon luego de unos cuantos segundos aplausos.

Y una voz bastante gruesa pronuncio las siguientes palabra “Gracias por su atención mis amigos, y esperamos verlos la próxima noche en el teatro nocturno del Gold Arrow, hasta pronto mis amigos.”

Cuando la voz gruesa perdió potencia volvieron los pasos a escucharse y se reunieron alrededor de la mesa, se escuchó la voz de una mujer que felicitaba a uno de los hombres que bailo al son de los tambores por la excelente coreografía y el intenso miedo que le hizo experimentar mientras llevaban a cabo su actuación.

El hombre sonrió irónicamente, mientras se limpiaba el sudor de la frente y dio las gracias a la mujer, y se retiró del lugar.

Pasaron aproximadamente 5 minutos hasta que finalmente el salón estaba vacío
.
—Ya se fueron todos — Dijo Jorge, ya podemos salir, pero antes de irnos deseo mirar algo que me ha intrigado bastante.

—Está bien— Dijo Charles mientras se levantaba del suelo y se ponía en posición para caminar.

Jorge camina hacia el pasillo donde había encontrado el cuadro y observa un letrero en la puerta que dice… “Solo personal autorizado”, pero él por un impulso de curiosidad abre la puerta y camina en el corredor oscuro, se acerca al sitio donde debería estar el cuadro roto en el piso y se da cuenta que ya no está y en su lugar sobre la pared hay un cuadro con una noticia… “El mejor chef del año en the Gold Arrow”. Él sintió un poco de decepción y dio un suspiro, antes de darse por vencido e irse a su habitación, decidió mirar otro cuadro, con un nombre muy peculiar y una imagen realmente perturbadora

La inscripción decía: “En la antigua ciudad sumergida de R'lyeh´, espera Cthulthu dormido en el fondo del mar, esperando el día de su regreso para traer caos y confusión para recuperar el que alguna vez fue su… La ilustración es una representación de 5 hombres en el suelo moviéndose como pulpos, mientras 2 hombres tocan a lo lejos un par de tambores.

Jorge sintió como si algo le atravesara la garganta y le susurro con mucho esfuerzo a Charles, mientras sus piernas perdían fuerza y caía sobre el suelo:

—Vámonos, no deberíamos estar aquí… Vámonos a descansar por favor.

—Está bien Jorge­— Dijo Charles, mientras ayudaba a su amigo a levantarse. En ese momento deciden escapar de ese pasillo y regresar al lugar donde minutos atrás habían sido víctimas de un espectáculo un poco aterrador, ambos desean profundamente no ser descubiertos en esa zona restringida.

Luego de cierto de tiempo de caminar, llegan al restaurante del Ala este y finalmente pueden ver que la puerta que lleva al cuarto del reloj esta visible, pero detallan algo que le da cierto alivio a lo absurdo… Hay una gran cortina roja al lado de la puerta que comunica con el cuarto del Reloj, eso explica muchas cosas… Pensamiento absurdo Charles, Pensamiento absurdo Jorge… ¡Alguien ha cambiado la disposición del lugar! Debemos estar un poco agotados viejo.

Abren la gran puerta y entran al cuarto del reloj, el reloj está donde debería estar, en el mismo sitio… Nada ha cambiado en el cuarto del reloj, nada que sea visible tal vez.

Jorge y charles se encuentran ahora en la recepción, donde el hombre de turno los mira con una sonrisa un poco maliciosa, deseándoles que descanses mientras al terminar la frase se empieza a reír para sí mismo levemente… Jorge piensa, él puede percibir nuestro miedo.

Se encuentran ahora frente a la puerta 84, Charles que está ligeramente menos cansado que Jorge decide abrir la puerta con la llave, tras varios intentos percibe que la puerta no cede y se ofusca un poco, maldice la calidad de las puertas americanas, Está dicho, siempre la culpa debe ser de alguien, no se permiten pequeños descuidos sin querer caer en lo absurdo.
Luego de 4 intentos fallidos de abrir la puerta, se escuchan sonidos del otro lado de esta, se escucha un ligero golpe en la puerta y Jorge se altera un poco más, se ve ansioso, está sudando y por su mente pasan ideas retorcidas sobre… ¿Qué estará pasando del otro lado de la puerta, habrá alguien esperándonos por lo que sabemos sobre Fausto?

Lub-dub, Lub-dub, Lub-dub, Lub-dud, el corazón de Jorge está acelerado, siente venir su verdugo del otro lado de la puerta, ya se empieza a escuchar el roce de alguna superficie contra la manija de la puerta, ya está, es el fin de todo piensa Jorge mientras da un profundo suspiro.

Ambos pueden ver como la puerta se empieza a abrir y en el fondo de la habitación se escucha como si algo se moviera, se quemara y buscara aliviar su agonía rodando sobre el lugar para extinguir las llamas sobre su cuerpo y finalmente cuando la puerta se abre completamente, aparece un hombre de 80 años aproximadamente de ojos café oscuros y pelo casi blanco, aunque se ven partes aún castañas que el tiempo no ha podido tomar, también tiene una abundante barba blanca y una mirada muy penetrante, que deja por un momento petrificado a Jorge.

El hombre al ver la cara de Jorge, mira fijamente a Charles y le dice con un tono serio pero cordial “Jóvenes les informo que este es mi cuarto, probablemente su habitación sea la 85, suele suceder… Siempre sucede, la gente suele confundir las 2 últimas habitaciones del cuarto piso del hotel, les desea que logren descansar con un tono cortante y se retira cerrando la puerta de manera déspota”

—Que descuidados hemos sido— Dice Charles, a un Intento de Jorge todavía petrificado por la mirada penetrante del anciano.

Jorge despierta de su trance y le dice:

—Tienes razón— Abre de una vez la puerta del 85 y vamos a descansar, mañana iremos donde el hombre del reloj para saber que tiene que decirnos.

Abren la puerta del 85 con la llave, esta vez lo logran al primer intento y luego de celebrar por un momento la llegada al cuarto luego de todo el día, cierran la puerta y deciden colocar un escritorio del cuarto para bloquear la puerta… En caso de cualquier eventualidad. Finalmente apagan las luces y se van a descansar.

Clash! Clash Un fuerte ruido despierta a Jorge en mitad de la noche, se levanta asustado de su cama, y lo primero que hace es mirar hacia la puerta, para su sorpresa donde debería estar la puerta solamente se observa pared, y en el lugar donde habían puesto el escritorio se puede ver un cráter en el piso de la habitación, él se acerca a mirar el cráter y puede ver como el escritorio yace en el fondo de esa fosa oscura.

Para poder detallar mejor el fondo de la fosa, Jorge se recuesta sobre el suelo y acerca su cabeza al cráter, ve mejor el escritorio y detalla que está destrozado, sonrisa irónica… Que hotel tan descuidado, ya él está a punto de calmarse cuando se da cuenta que uno de los cajones acaba de ceder y ha vertido su contenido en el fondo de la fosa, han caído piedras pequeñas rojizas.

Jorge comienza a reírse por la situación, piedritas saliendo de un escritorio roto, que absurdo… En mitad de su risa, se queda por un momento sin aire y empieza a toser, se acerca las manos a su boca y se da cuenta que le empieza a salir una sustancia densa y blanca, que cuando caía en sus manos se volvía dura, seguía tosiendo y el líquido desbordaba sus manos y caía al suelo, en el suelo cada gota de esa sustancia roja se convertía en una esfera muy rojiza.
Jorge deja de toser y se siente mejor, sacude sus manos y toda esa sustancia se convierte en esferas rojizas en toda la habitación, incluso en el techo.
Cierra por un momento los ojos, suspira y mira la fosa de nuevo, pude ver como las pequeñas piedras rojas que estaban en el fondo se empiezan a mover y a saltar de un lado a otro, siente miedo al no haber escuchado ni visto antes en su vida algo similar.

Luego de esa extraña observación, Jorge se mira las manos, la sustancia blanca que había quedado sobre sus manos le está ardiendo, acerca la cara para observar mejor lo que pasa y ve que hay esferas rojas debajo de la sustancia blanca, las esferas se empiezan a mover por todas sus manos, saltan a la cabeza, al cuello, entran por la boca, saltan adentro de él, él empieza a gritar mientras corre por el cuarto y se detiene cuando escucha un sonido similar a explotar una burbuja de plástico.

Las esferas rojas se han transformado, han mostrado su verdadera cara, su verdadera forma… Y finalmente sus ocho patas.


Corren, saltan, ruedan, ¡Han tomado el cuarto! Jorge corre como desquiciado alrededor de este, cómo último recurso decide despertar a Charles, quien se encuentra en la otra habitación del mismo cuarto del hotel, separado solamente por una pequeña y frágil puerta de madera.

Empuja con fuerza la puerta de madera, y esta se cae, se acerca a la cama donde esta charles, se siente aliviado por un momento, si ambos lo perciben realmente está pasando y no es víctima de una mala jugada de su mente, grita para despertarlo y lo decide empujar, al no obtener respuesta levanta bruscamente las cobijas… Charles yace dormido imperturbable, usando un traje muy antiguo, largo y extraño, que tiene un bordado  particular, en un material de color claro, donde se forman figuras que lo hacen pensar instantáneamente en los tentáculos de un pulpo.

Jorge entra en pánico, intenta nuevamente despertar a charles, pero no lo logra, corre al baño del cuarto… Mientras observa como las paredes rojizas se mueven, llena un vaso con agua y lo  tira completo sobre charles… él finalmente despierta, sus ojos están blancos, en su cara aparecen unas ojeras muy profundas, sus ojos se empiezan a hundir cada vez más y pronuncia en un tono gutural, las siguientes palabras que dejaron totalmente paralizado a Jorge:

“Aléjate del Hotel Craft, a menos que desees nuestra misma suerte, termino de decir esta frase y se quedó en silencio, luego se empezó a retorcer sobre la cama y a susurrar en modo de adoración la siguiente frase: “ Ph'nglui mglw'nafh Cthulhu R'lyeh wgah'nagl fhtagn”



LA DISCONTINUIDAD DEL SER (Borrador)

LA DISCONTINUIDAD DEL SER.  Es un día como cualquier otro en la ciudad de Cienago, la tarde un poco húmeda y fría, acaba de llover un...