lunes, 28 de enero de 2013

IV



Contemplas el horizonte, ahora te sientes libre aunque tienes un poco e arrepentimiento, una sensación que no habías sentido en todo el tiempo que llevas ausente de tu hogar, te has quedado nuevamente solo, ya nadie te contempla desde un barco de papel, te sientas y descansas… Alejas todo tipo de sonidos, casi lo logras, y ahora estas en trance… Las olas se mueven, van, vienen, crecen, y luego se estrellan contra la arena, la arena entra lentamente en tus dedos, te has quitado los zapatos para sentirte aún más libre y te concentras en escuchar tu propia respiración, te notas algo agitado, pasa un minuto y ahora estas más quieto, todo está más fresco, el sol ha sido ocultado por las nubes, se está escondiendo de ti, no quiere darte respuestas… Escuchas el latido de tu corazón y ya está, ahora deseas escribir algo, más bien deseas escribir sobre alguien, y ya eres libre para hacerlo, el ruido de las olas al estrellarse contra el refugio ya no está, ahora puedes escuchar tus propios pensamientos.

Recuerdas con un poco de nostalgia a la musa de ojos azules, la liberaste de la prisión de papel donde estaba atrapada y le deseaste un buen viaje, aunque con su partida, ella se llevó algo tuyo, la ilusión de volverla a ver algún día, por eso decides darte una oportunidad, y escribirás sobre el reencuentro y dejarás esta nueva historia en la playa, colocarás una piedra pequeña para que el viento no se la lleve, la historia le pertenece al mar, le pertenece a la musa de ojos azules.

Piensas en crear para ella un lugar donde pueda estar tranquila, donde cuando ella desee contemplar sus ojos azules, lo puede hacer con tan solo mirar el agua, le darás un lago, más bien un estanque amplio, muy amplio… lleno de flores de loto, sinónimo de belleza, ingeniarás un lugar muy hermoso, recrearas todo tu camino desde que dejaste el circo y usarás las flores más bellas que viste para adornar el bosque perdido donde estará tu musa esperándote algún día, van pasando las líneas en el papel y el mundo va tomando forma dentro de tu cabeza, ya casi te sientes parte de él, aunque eres solamente su creador. En el momento cuando tu obra entre en contacto con el mar, ya no serás jamás el creador de aquel lugar, serás un espectador en tus sueños, cada noche que cierres los ojos recordando a la musa de ojos azules, llegarás al bosque en condición de visita, aunque nunca te podrás quedar, tu perteneces a la tierra, no naciste en el mar como aquel bosque perdido ni como aquella musa que te espera, ella te esperará aunque demores, porque recordará como la soñaste y como le diste vida, ella esperará por ti y será tu destino dentro de un mundo de papel, solo tienes que soñar una nueva historia cada noche.

Seguirás escribiendo sobre el lugar donde ella vivirá a través del tiempo, ella vivirá cerca de un castillo, pero estará en un bosque perdido, lejos de los problemas del castillo, de las posibles guerras que podrían suceder,  no quieres que ella esté presente en una guerra y decides no escribir nada sobre lo que será en el mundo de papel el castillo, lo dejas al azar, dejarás que la arena escriba esa parte de la historia mientras el papel es consumido por el agua.

Ella refugiará su mirada en el estanque,  y se sentirá protegida, después de todo le has dado un hogar, ella puede sentirse tranquila ya que puede ver sus ojos azules en el reflejo del agua y se acordará de ti, recordará como la veías mientras creabas cada rasgo de ella, recordará como miraste con nostalgia su dibujo mientras lo dejabas ir hacia el mar, y recordará la tierna lagrima que derramo desde el otro lado del papel, al sentir la incertidumbre de no saber si te volvería a ver a ti, escritor de mundos.

Luego despertará y pensará que todo fue un sueño, pero mantendrá la esperanza de verte llegar algún día, aunque no estará totalmente segura si ella soñó ser parte de tus ilusiones, o tú serás parte de las ilusiones, de los sueños de unos ojos azules. Ella desde su realidad, saldrá a buscarte al único lugar donde de cierta forma también has estado presente, en el castillo, ella esperará por ti durante la mañana, aunque en la tarde tendrá que volver a su bosque perdido, no se puede alejar tanto de su estanque o tendrá miedo de no volverte a ver… ¿Qué ironía o no pequeña de ojos azules? Quieres ir a buscarlo, pero tienes miedo de que llegue al sitio sobre el cual le hablan sus sueños y no te encuentre, tienes miedo de su decepción al pensar que nunca te verá de nuevo.

En cambio él, él tendrá incertidumbre sobre ti, caminará al azar siguiendo un destino, tirará los dados y caminará la cantidad de pasos que señale el dado y jugará a seguir a las gaviotas hasta esperar algún día, por juegos del azar y del destino llegar a un castillo, y ver en la lejanía un bosque, luego él deseará encontrarte y se adentrará solo en el bosque, se sentirá perdido y verá como todos los arboles parecen iguales, se sentirá confundido y se sentará, sacará un trozo de papel y escribirá sobre ti, siempre es sobre ti y lo guardará en una pequeña botella que él tiene, llena de agua de mar, el papel se lo regala simbólicamente al mar, y esperará que todo pase como en sus sueños, seguirá caminando sin rumbo y al final de donde alcanza a ver, pueda ver a lo lejos un estanque, luego sabrá que tú, pequeña de ojos azules le estará esperando al lado del estanque, mientras miras tu propia mirada y ves en tus propios ojos como él se acerca, mientras ves el estanque verás como con cada paso que da él, el estanque se vuelve más grande, y despertarás ligeramente del trance de esta visión y mirarás al lado, y el estará con una gabardina café, ambos sonreirán y miraran la luna llena.

Luego cada uno contará su historia sin hablar, el desde sus ojos oscuros y tu desde tus ojos azules, que lo guiaron en sus sueños y sonreirán.

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